AGORAFOBIA
Envidio al habitante de la gruta,
al pequeño guijarro a un lado del camino,
a la gota que vierte el tedio de la llave; al vigilante ebrio que desde la obra
negra chupa un cigarrillo; a la paloma necia alrededor del foco.
Envidio al frío que sale de las horas, de casas, y abandona apenas ha tocado,
corazones ansiosos.
Envidio la colmena donde la vida fluye sin desgaste de nadie.
Así con los retazos, volúmenes innatos, extractos de firmamento o lúgubres
aromas.
Envidio lo que existe por su mudez suprema, por esa sensación de la ignorancia
para templar el odio,
y viene por la tierra que se descubre inmensa.
MADEREROS DE LA MEMORIA
Tendremos que parar el árbol
que detener una cierta quimera bienhechora, un destello
de la gota de agua
somos gruta, madereros de nuestra memoria
y bajo los flamboyanes, el eco de nuestras vidas.
¿Cómo abrir las cenizas si apenas y resurrectos, comenzamos?
Delinquir bajo la sangre, roer la piel enjuta
acampar en el desequilibrio
componer un aria en el campo dulce
y verter el sudor animal, el oleaje propio de los cuerpos
calientes. Ah madeja de astros, racimo de breves sueños
asomados.
La escarcha de la luna bruñida baña las colinas
como baba de arañas ebrias.
El encierro inquisidor de los desiertos nos habla del tiempo
sin orillas.
Espejismo y polvo, dunas centrífugas. El polvo arde como
polvo de sol
follaje de sables verdes, y ostras con polen
selvas, selvas, catástrofes del nacer en tropel instantáneo.
ÁRBOL
Sólo la vegetación adhiere la permanencia,
sus idas y venidas regeneran.
Nenúfares, mandrágoras, valquirias
en el pacto de luz líquida del otro lugar: el viento
ese gran ogro lleno de sed, que levanta los cabellos para
buscar la fuente, necio animal rasguñando puertas
murmurador de frases ininteligibles.
Por ello un árbol es preciso. Núcleo de los elementos
pararrayos celeste,
progenitor y coleccionista de los frutos del mundo,
criatura muda que retiene un instante la policroma
vorágine del todo.
DE FLOR EN FLOR…
De flor en flor
iba la libélula;
de mano en mano
iba la flor
De beso en beso
iban los labios
floridos
ALCATRACES
Alcatraces, flamingos
sus cuellos retozan con el alba
se refocilan en la ignominia
trompetas que no anuncian holocaustos
embudos de infinito que, formados
inhalan muy de noche, las estrellas intactas.
LAS OLAS-PÉTALOS
Hay veces que el mar nos derrota, pero ese mar
puede venir de lejos. Un mar presidiario, un mar
de tiempos muertos, un mar que se recluye
insanamente, en los cauces del ser
Yo pienso a veces en un mar como una flor inmensa
una azul medusa que se agita a la luna; un mar
cuyos deleites, se los debe al viento; mar de aromas
mas finísimo como el resuello de una virgen cuando
la lengua toca el lóbulo en su oreja
Mar de serenas tonalidades vegetales; mar inmune,
mar de rebaños sagrados y de vastedad
como la belleza de una flor única: mar sin adornos
(inmenso y frágil); mar en el embeleso de la luna del ojo.
ORQUÍDEA OPHRYS
Mimesis. Tu belleza es ponzoña. De negra estirpe volteas el derredor
en tus encantos. Semejas a la avispa de la que te alimentas. Hembra
del sinsabor y semejanza; vuelves sutil el fallo del juez más implacable
que derrama la realidad incendiaria
NORTE
El viento distante
nos dibuja su magia
repele con su danza en círculos concéntricos
viene arremangado de su lejana gloria
corroe y refluye, como el oleaje etéreo
cimbra cristales, alza faldas, toca
con sus nudillos las puertas de las casas
venera el polvo, hace que llueva y hiera
arroja esa presunción inevitable
y se adueña de los rincones.
Habla solo: como un demonio
LUZ AZUL VERTIDA…
Luz azul vertida
en la imagen tópica
de la muchacha
insomne
DESFORESTAR LA LUZ…
Desforestar la luz, abolir la vacuidad. Estremecer la renuncia con las
decisiones violadas. Urdir un caos en la arqueología de Uno mismo.
Bruñir el celo, la ceremonia, el irse como un barco que alguien suelta del muelle
subrepticio. Dejar una vida para recuperarse en otra. Reencarnar
con el olor de un Alga rediviva
FLORES COMO GALGOS…
Flores como galgos, como ejércitos en alerta máxima. Como vigías hacia
un mar innominado; flores de la luz, de indómita textura que vuelven sus
estandartes por la mirada, símbolos. Flores del día y del verano, de la
reiteración de los póstumos deseos; y flores de la lluvia; de la neblina
púrpura, del ardor de las mujeres solas.
TAMBIÉN EXISTEN LAS FLORES DE LA LLUVIA
Esas que todos pisan sin saberlo,
que se derraman como sauces,
que se deben a la tarde íntegra (verdadera)
por su temblor efímero;
las flores de agua nacen de la nada
forman algún islote que mece la yerba
las flores de la imaginación, se desintegran
apenas muestran la faz que se rebela
flores del mar, del híbrido pantano,
del ceniciento abandono, de la precisa
dilación del rayo
EL VAIVÉN DE LOS PINOS IMPREGNA LOS PAISAJES…
El vaivén de los pinos impregna los paisajes. Cada mano que toca es una idea,
un afán de abarcar el infinito. En esta hora larga, los perfiles de la noche se
entrelazan para los finos números de la verdad vuelta pregunta. Mesarse las
fuentes, los estanques que bullen, las cigarras dormidas, el perfume siniestro
de las flores.
CELEBRACIÓN
La alegría es
y mis hombros se agitan por esa lluvia errante
es ligero el sopor
y el amor se posterga
los tiempos sobran
El frío entra en el sol como un fantasma herido
todo viene de la infancia
incluso:
Este sol que celebro
TRIBUTO
“Yo he sentido nostalgia de una tarde que no he vivido”, escribió Tario.
También hablaba de “cortar violetas durante el eclipse”.
¿Cómo es eso de ser su propio fantasma?
¿De vivir fuera de este tiempo que escamotea sus contornos?
Él decía del mar y lo urgía a secarse todo.
Él que se perseguía en la noche entre las calles místicas, revelado en la penumbra y vuelto conspirador de los espíritus.
Él, quien apelaba a que los críos tuvieran algo más que pocos años, para tirar piedras tristes hacia los estanques.
LA DOMA-REBELDES
Desnuda tomas forma
bajo fuegos inútiles.
Me dieron calificaciones,
me echaron del colegio,
me hicieron lastimar a la madera,
me opusieron la luz a la cerveza,
me ataron a los números,
me cocieron las manos a los bolsillos,
me hicieron evitar a los más vagos,
y también respetar algunos símbolos
Pero no pudieron nunca
borrarme tu figura.
MEDIUM
Para poder ser puente
se necesitan más que ojos cerrados
un influjo del ser hacia su centro
un ticket sin visas ni caducidad
un destierro de sí involuntario
la carga de errores que nos hagan sufrir
el don de oír y de callarse
poder adherir las múltiples orillas
despojarse de lo que se adhiere
a una conspiración
acompañar el tránsito
ver a ojos cerrados
el lingote venturoso
en cada uno
NAVE VEGETAL
¿Acaso no se llega a la ciudad más que con una fiebre puesta?
Sólo verás la deseosa cicatriz que te robó la aurora
la pútrida vegetación de los instantes borrosos
mi soledad lo sabe
el rumor de las nubes voraces es un porvenir asido de mis manos
el hálito de la vergüenza se arropa con el provenir y su rehén el mundo
¿Probaremos el revés del amanecer selvático?
¿Es esta genuflexión la luz herida sobre la duna negra?
Mi voz se hiela como una llamarada
y los cantos de una herida impúber pernoctan en el albornoz de la letra
no me dejen ser mi propio acorralado
mi propio sueño sin revelación de un loco que se aleja
he de guardar la imagen
nada ha tocado la inmediatez del regreso y del asombro
salvo en mí
de las aguas errantes
UMBRALES
Hay un tribunal agazapado como una luz que mengua
una trampa cuya naturaleza fecunda llamaradas
no sé de lo que hice y cómo lo hice y cómo lo haría otra vez.
Uno de estos días la lluvia espesa irrumpirá con su voracidad estatuaria
volverá los pasos sin ladera para no romper resquicios, ni frondas
irá como un río viejo en busca de su infancia; o, tal vez,
querrá asir el témpano de los relámpagos como si fueran tigres
una de esas cosas tornan del mar sus corredores
de la bóveda innombrable de la sangre
y nada más, nada más.
No quiero escuchar ese trisar tinieblas
o el humo del mar que vuelve rezagándose
Los primeros años son posesos del limbo
intentos parcos que la niñez propaga
el trópico húmedo narra desde sus cielos móviles
una historia que respira por las flores,
por las inciertas palabras, por los fijos momentos,
y miradas fútiles
por ti que danzas en mi mundo sin dármelo.
