Nombre: Antonia Cerrato Martín-Romo
Lugar de nacimiento: Santa Amalia, Badajoz, España
Residencia actual: Badajoz, España
Miembro desde: 28/06/2018


Poemas incluidos en esta página:        
                 

1.       BEATRIZ FRENTE AL MAR

2.       ALFILERES

3.       A LOS NIÑOS DE SIRIA

4.       UN CAFÉ CON DON JOSÉ

5.       CASIDA DE MI NIÑA CHICA

6.       ANTES DEL INVIERNO

 

 

 

 
BEATRIZ FRENTE AL MAR
 
Has resurgido del mar
como cariátide bruñida
a la proa de la tarde,
quilla de abrazos
al contraluz de este día
que se precipita,
columna de Hércules,
en tu sonrisa de Atlántico.
 
Recordarte
con el aura de un sol
ceñidor prendido a tu frente
donde tantos barcos arribarán,
donde mis besos,
tal vez un día
cuadernas rotas,
quieren enlucirte de estrellas.
 
Porque han naufragado
lejos de tus costas
el recelo de tritones,
porque tu perfil de sirena
es coordenada y brújula
para el amor sin medida
de este corazón
que ya solo sabe dibujarte,
con el coral de las manos,
ese camino sincero
al centro de mi alma.
 
Cuando resurges, frente al  mar,
con todos los vientos y mareas
en el carmín inviolable
de esta tarde, que no quiere acabarse,
cuando resurges entre las alas de gaviota
y cruzas todos los océanos
en el acento invencible
de tu juventud…
es el instante preciso
para aplaudir a la vida.
 
 
 
 
ALFILERES
Para la exposición contra la violencia de género de Manuel Mata “ArteDinero”
 
Desde la lejanía
pareces hermosa
cual pájaro ingrávido
jugueteando entre los árboles.
 
Desde la distancia
una rara apostura
engrandece tu silueta
como si persiguieras la felicidad.
 
Así pareces desde la distancia.
 
Mas si te acercas,
tan  solo a medias mariposa,
 que huye, hacia ningún sitio…
 
o mujer prendida con alfileres
al hilo invisible de la existencia
donde solo se asoma,
con sigilo el olvido.
                                                                                      
Si te acercas…
 
Si te acercas,
asusta, cara a cara,
el día que nos dice
que cualquiera puede
rompernos el alma,
que cualquiera puede,
a su antojo,
con alfileres de oro o de tinta,
clavar nuestras alas.
 
Porque sí, hay alfileres de burlas,
de silencios, de poder y de dinero
que destruyen y matan.
 
 
 
 
A LOS NIÑOS DE SIRIA
 
Mis versos son hoy
la morgue que acoge tu infancia,
el mármol lapidario,
el pecho rendido
donde reposan tus brazos.
 
Qué   pedirle a estas palabras,
arrinconadas, vencidas, destruidas.
Qué pedirle a esta maldita lucha
de corazón a corazón.
 
Estas palabras, otrora canción,
se tornan en réquiem
frente a tus ojos ausentes.
 
¡Pareces dormido!
 
Pero el aullido de la sinrazón,
derriba la mañana.
 
Eres un soldado de nubes y
un pájaro abatido, niño mío.
 
Cómo pedirle a estas palabras,
que sonrían a la vida,
que sepulten tu rostro
 
y entierren tus sueños.
 
Cómo pedirte perdón
con estas palabras,
por haberlas mandado tan tarde,
ahora que tú,
                                                                                                             
NIÑO DE SIRIA
ya  no las oyes.
 
 
 
 
UN CAFÉ CON DON JOSÉ
Para José Zorrilla, en el bicentenario de su nacimiento.
Recuerdos de su casa en Valladolid, 15 de septiembre de 2017
Digo café, y esa jícara a medias
me invita a un salón voluntarioso
de la vieja Castilla.
 
Colgaduras de antiguas hazañas,
confundidas entre errores
y  apuntes
para unos versos
que han de morir en el surco
de la decepción
y brotar espiga, corona y consuelo
sobre tu dolor niño.
 
Digo abuela, como quien abre
los postigos de la muerte
a fin de llenar de vida
una estancia, inquietante y liviana
como el abrazo de un fantasma;
entonces se vuelve caballito
la tarde, tinta los recuerdos,
y un agujero, como de bala,
por donde, vorágine urdida,
sangra el poema
que te subirá al paraíso.
 
Digo poeta, enarbolando la L de lucha,
o de libertad o de laurel
y te doblegas, Inés que tanto amó,
al legajo insolente
de la terquedad humana.
 
Digo silencio
y echa a correr, en todos los relojes del universo,
ese tiempo que nos alcanza
y nos sorprende escondidos,
derrotados por la maldad y la mentira;
incapaces ya
de soñar… Y redimirnos.
 
Digo por fin, justicia,
y un Cristo yacente
jura desde el patíbulo
sobre el libro
abierto de la verdad
donde ha quedado inscrito
tu nombre y tu fe.
 
 
 
 
 
CASIDA DE MI NIÑA CHICA
 
Las rosas se ponen tacones
para caminar por el aire.
Se pone collares el río,
pendientes se pone la tarde
y  mi niña luz y azucena
mi niña de noches y cante,
se pone trenzado a su pelo
maripositas de lunares.
 
Juega a ser peineta la risa
que resplandece en su semblante
mi niña de luz y azucena
mi niña de palmas y cante
con unos tacones azules
mi niña chica, se hace grande.
 
Y cabalga por su pecho la alegría
andan rondando su calle
pajarillos  que en sus trinos
van alzando su talle.
 
Mi niña de luz y azucena,
mi niña de miel y azabache
el sol escudriña la reja
por ver donde mi niña sale.
 Porque es  mi niña la alegría
canción, trino,  música y baile.
Se pone  tacones azules…
 
Mi niña chica, se hizo grande.
 
 
 
 
ANTES DEL INVIERNO
 
Antes de que llegue el invierno
y la cellisca esculpa su musa de nieve
voy a revestirme de otoño
con la música del río
y la mirada, pañuelo amarillo,
de esta mañana de noviembre.
 
Antes que hiberne esta ansia
de seguirte,
antes que como un memorial antiguo
de ventoleras, te me lleves la luz
de esta estación en tránsito,
voy a beberme el momento
en que me sé viva entre tus brazos,
porque tus dedos me arrancan
poemas de nácar
que abotonan la camisa de cualquier martes,
este martes hecho facistol para el libro de los ángeles
y alas púrpuras para la libélula
que nos baila el agua, el agua…
 
porque se conocen la ruta de los recuerdos
los elefantes, y la voz amada,
la música con que bailan los sueños
 
antes de que el invierno nos arrugue el alma
y se olviden en la niebla nuestros nombres,
traeré poinsetia de besos a nuestra mesa
y un ciclamen para el tálamo de las horas.
 
Y aunque sé que no te gustan,
antes que se me arrumben los versos,
te escribiré… Sí, te escribiré un poema.
Es la única manera que tengo
de decir que te quiero.
 
 
 
 


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