Nombre: Mary Paz Hernández
Lugar de nacimiento: Salamanca, España
Residencia actual: El Escorial, Madrid, España
Miembro desde: 07/01/2019


Poemas incluidos en esta página:        
                 
  1.        PORQUE UNO NO ES DE DÓNDE NACE
  2.        HOY HUELES A MAR
  3.        VIENE MI NIÑO CONTENTO  (A MI NIETO)
  4.        POR VER UN CLARO DE LUNA 
  5.        MÚSICA SOSTENIDA EN FINO CÁLIZ DE PAPEL
  6.        NAVEGANDO POR UNIVERSOS
  7.        INTERMINABLE FLUIR
  8.        MIRANDO SUS MEJILLAS 
  9.        COMPARTIENDO EXISTENCIA
  10.        HAIKU   -2-
  11.        HAIKU   -6-
  12.        HAIKU   -8-
  13.        TODO ES EFÍMERO, TODO ES PASAJERO
  14.        DE VOCES Y SILENCIOS
  15.        DE LA ROSA PRIMIGENIA, SOLO QUEDA EL NOMBRE

 

 
PORQUE UNO NO ES DE DÓNDE NACE
 
Porque uno, no es de dónde nace,
ni es de nadie, ni de nada.
 
Yo soy un viajero del viento,
y el viento no tiene fronteras,
ni parcelas con alambrados,
ni límites, ni otras barreras.
 
Soy un nómada de universos
en los que mi barco navega
por mares de brazos abiertos,
donde no importa el color de piel
ni casta social, ni bandera.
 
No he perdido nada
porque nada es mío.
Desnudo llegué aquí,
y me iré lo mismo
cuando por fin mude.
 
Porque nada nos pertenece,
sólo lo tomamos prestado,
y cuando se comience el viaje
quedará apenas un pálpito
que se enfunde en fina palabra.
 
 
 
 
 
HOY HUELES A MAR
 
Hoy hueles a mar,           
a esa brisa de velero              
que salpica sobre la tez,            
me circunda y embelesa.                
 
Aroma fugaz,
que embriaga como la espuma         
de una esencia casi febril,
que se rinde en las arenas
de las playas del destino.        
                       
En mareas de divinidad,
anegado está el interior
de tu vital energía.
 
Éter cósmico de estrellas,
de universos, de infinitos,
difuminado en las olas
que cabalgan sobre la luz
para transportar un beso
sobre la gran humanidad.                             
 
 
 
 
VIENE MI NIÑO CONTENTO  (A MI NIETO)
 
Viene mi niño contento,
con sus bracitos me abrocha
llenando de besos blancos,
¡son besos de mariposa!
 
Después se marcha corriendo
tras los sueños infantiles,
con su rostro iluminado
ausente de cicatrices.
 
¡Vuela, y vuela, y vuela!
viene mi niño cantando,
en el país de los cuentos
como pájaro volando.
 
 
 
 
POR VER UN CLARO DE LUNA 
 
Por ver un claro de luna
dentro del corazón lucir,
y envuelto en un rizo de luz,
casi daría mi vida.                        
 
Por ver un plateado cielo             
iluminando el semblante                     
entre esencias de azucena,            
casi daría mi vida.                           
 
Si no saben mirar los ojos,           
que vacía tiene que ser                    
cada amanecer la existencia        
sin poder ver la claridad.             
 
Prefiero la física ceguera,                   
a una ceguera patente               
de la existencia vacía                 
con una máscara social.                 
 
Por eso, daría mi vida                       
por una inspiración esencial,               
que mantenga el cuerpo vivo            
y la sangre haga circular                   
por los conductos diáfanos,                   
donde el oxígeno penetre                      
hasta el corazón central.         
 
             
 
 
MÚSICA SOSTENIDA EN FINO CÁLIZ DE PAPEL
 
Como  rosa de viento en los dedos enlazada            
y empujada por la suave brisa,
rueda por los desiertos de pergamino,         
cubriéndolos con  fina colcha de sementera.
              
Llegó a la casa apartando silencios,      
y fluye, anegando campos cual marea verde,       
como enjambre de abejas que libara de la flor;
tañe sutil música emplumada                                     
formando diademas de azabache,
y asomada a los balcones            
se desborda como dulce membrillo en la boca.         
 
Desparrama su esencia en diáfano mosaico         
donde con un leve susurro mece las ideas,                        
y preñando la pluma en borbotones añil,          
va pariendo semillas por los maizales.
            
Con carro de fuego se desliza
sobre el oleaje del verbo,                    
que se infiltra en la célula del espíritu                    
para poder amamantar un alma ingrávida                 
que buscaba errante,
el camino de vuelta a casa.    
 
Música sostenida en fino cáliz de papel,                            
que exhala transparente burbuja por el poro                
y desea formar su propio nido de estrellas,                       
donde las alondras adormezcan con su canto.
                   
Acuna hilos de sol sobre mareas ocres
transportándonos al país de los deseos,                                         
donde dormitan aquellos hijos huérfanos 
aspirando las  finas esporas de la palabra.                           
 
 
                       
 
NAVEGANDO POR UNIVERSOS
 
Navegando por universos,
entre planetas, entre estrellas,
circundando a un mismo sol,
vaga silencioso el espíritu
suspendido en la sustancia,
ingrávido, latente,
desprendido de su caparazón.
 
Marcado con sutiles huellas
que deja a su paso lento,
en su pensamiento recoge
las profundas enseñanzas
del paso existencial errante,
donde no se ata,
ni se desata,
sino que acata el destino,
su viaje.
 
Arropado por la luz
que  se infiltra por los pliegues
de su vestido existencial,
e inhalando éter cósmico
se elevó como jinete
en su montura alada,
y exhalando en los infinitos
poblados de miles de estrellas,
que navegan por los mares
de los universos ocultos.
 
Pasa el tiempo,
sin tiempo…
Pasa el espacio,
sin espacio…
Pasa la vida,
sin vida…
llega la muerte,
despacio.     
                        
 
 
 
INTERMINABLE FLUIR
 
No permitas que me rinda
sin haber bebido el agua
de ese manantial eterno
donde la vida reside
en interminable fluir.
 
Déjame el soplo siquiera
de esa caricia de viento
sobre la brizna de hierba,
antes de ser cercenada
por la guadaña sin rostro.
 
Ya se desnudan los árboles
con cadencia en el silencio,
abandonando su traje
desprendido de las ramas
formando tapiz de otoño.
 
Deja que el volcán abierto
del alma sedienta grite
en borbollones de magma,
y transmute los cristales
nublados en mi morada.
 
Puede que los ojos vuelvan
a admirar el esplendor
del rebrote de los hijos,
y renaciendo en la luz
se iluminen primaveras.
 
Y de nuevo se percibe
el aroma de la rosa
ante la luna creciente,
ocultando sus espinas
enclavadas en su tallo.
 
Es momento de que vuelen
posándose como abejas
sobre el pétalo carmín,
rebosante de rocío
a la llegada del alba.
 
 
 
 
MIRANDO SUS MEJILLAS 
 
Bajabas de las cumbres azorado
mirando sus mejillas de manzana,
encendiste el rubor con mucha gana
del labio que brillaba arrebatado.
 
Iba cogiendo moras con cuidado
de no manchar su blusa bejarana,
que estaba abotonada con desgana
percibiéndose el seno desbocado.
 
Las caricias surgieron inocentes
recorriendo su cuerpo de amapola,
que florece con sol de primaveras;
 
Luego fueron furtivas y fervientes
con aquella pasión que engendra la ola,
del mar de sentimientos sin fronteras.
 
 
 
 
COMPARTIENDO EXISTENCIA
 
Nieves y cenizas
descolgadas de los aleros,
en un mundo casi irreal,
en perfecta sintonía
entre el animal y el humano,
en imágenes que transmiten
serenidad y silencio,
vacío y vacuidad.
 
Nieves y cenizas
descolgadas de los aleros,
se desparrama ante mí
la existencia en otras formas,
en una belleza absoluta
de la experiencia estética,
llevada a una reflexión
sobre el papel fundamental
del transito del hombre
y su relación con la naturaleza.
 
Nieves y cenizas
descolgadas de los aleros,
de la fauna y  flora presente
actual en nuestro mundo,
como el exponente de vida,
y alimentados por la misma
fuente de energía,
y compartiendo la existencia
de un planeta de azul y gris
en un Universo sereno,
silencioso, y expandido en luz
en su eterna danza cósmica,
transcendiendo los espacios,
traspasando los vacíos,
ingrávidos,  etéricos de añil.
                               
 
 
 
HAIKU   -2-
 
Viento del este
Aromas de azucena
Construye un nido.
 
 
 
 
HAIKU   -6-
 
Tras la tormenta,
se retiran las nubes,
mar de esmeralda.
 
 
 
 
HAIKU  -8-
 
Cumbres nevadas
florecen los cerezos,
croa la rana.
 
 
 
 
TODO ES EFÍMERO, TODO ES PASAJERO
 
Todo es efímero,
todo es pasajero.
 
Somos pasajeros de un viaje en el tiempo,
donde retoñamos con los brotes verdes
y cuando se madura da fruto la vid.
 
Se han retorcido las agujas del reloj
dejando los rastrojos en el aire
que señalan una cepa asesina,
de aquellos valores fundamentales
que debe distinguir al ser humano.
 
Observando aquellas esbeltas torres,
en el que un día algunos se erigieron
como gurús haciendo profecías,
y guiaban el rebaño a los abismos
dominados por las hambrientas hades.
 
Surge la “nueva era” como Ave fénix,
desechando la costra que ha mudado
de la falacia y de la tiranía,
desmoronando tópicos ideales
que llenaron de la peste los cráneos
de encorchetados advenedizos,
colgándose vistosas medallas
que la balanza desequilibraron.
 
Han caído por el muro del vacío,
chorreando con sus discursos falaces
que han mojado hasta el suelo enmoquetado.
 
Todo es efímero,
todo es pasajero.
 
 
DE VOCES Y SILENCIOS
 
De voces y silencios
sobre un manto de niebla,
grita muda  la sangre
en la tierra entumecida.
 
Y de aquellos que olvidaron
sus primeros orígenes,
se les quedaron impresas
las escarchas invernales.
 
De voces y silencios
se llenó la alcancía,
y en la cómoda descansan
los retratos oxidados
de trigales y cosechas.
 
De voces y silencios
agonizan los cantos,
y se evaporan las risas
que llenaron los salones
iluminando las tardes
de lejanas primaveras.
 
 
                         
 
 
DE LA ROSA PRIMIGENIA, SOLO QUEDA EL NOMBRE
   
Humberto Eco en “El Nombre de la Rosa”    
Pasaron con carros de fuego
arrasando los dorados valles,
donde bailaban altas espigas
mecidas en acolchados surcos
que prometían buena cosecha.
 
¿Qué nos quedó de la rosa?.
 
Se llenaron odres de incertidumbre,
y no pudimos echar los fantasmas
que nos tomaron  prisioneros
en sus campos de medias verdades,
dejándonos en la piel su marca,
y formando profundas cicatrices
que todavía nos perduran
 
¿Qué nos quedó de los sueños?
 
Hemos emigrado con el corazón
por caminos desconocidos antes,
y en divino soplo de blanca aurora
nos dejamos llevar en un velero,
hacía los juncos de una remansada orilla,
donde los peregrinos lavaron sus pies
para quitarse el polvo del camino.
 
Ahora,  renovadas las tiras de las sandalias,
cuando las ascuas se han apagado
del brasero que ardió un día,
abordamos un nuevo amanecer de luz,
anclados en el fondo de lo que se “ES”
y definiendo con claridad los espacios.

 

                          


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