- Siquiera los recuerdos.
- Poder de las palabras.
- Brillante palmarés
- Aromas de mi tierra
- Dudas
- Mi calle
- Óxido en las ideas
- Ecos del silencio
- Otros héroes
- Agua
- Sombras obstinadas
- Cuando llega el otoño
- Al fondo de la sima
- Por sus calles
- Impacto brutal
SIQUIERA LOS RECUERDOS
Sentí un rumor de pasos
y eran ellos. De nuevo los recuerdos,
dando fe
de momentos vividos por los dos:
de tus besos tan dulces,
tu sedosa epidermis abrazándome
y ese olor a lavanda
que latía contigo. Y sonreías.
No dudé ni un instante
y les abrí la puerta, aunque intuí
que otra vez
volverían a herirme, como entonces,
como siempre lo hicieron.
Llegaron en silencio. Ya era tarde.
Reviví la ilusión
de tenerlos aquí,
poder acariciarlos y quererlos
y darles mi calor
lo mismo que otras veces.
Y me quedé dormido entre sus brazos.
Y cuando desperté
una jaqueca intensa
asolaba mi cuerpo que yacía
ausente de memoria
frente a mi soledad y mis fantasmas.
Otra vez los recuerdos que eran míos
volvían a dejarme
como siempre, en silencio.
Ni siquiera tuvieron
esa última caricia
piadosa
que hiciera menos triste
la dura realidad de no tenerlos.
PODER DE LAS PALABRAS
El silencio que atrapan mis pulmones
espera el detonante
que lo propulse raudo
hacia los objetivos señalados.
Los impactos a veces
no alcanzan su destino.
Entonces las palabras
caen en el vacío y
sin demora
vuelvo a cargar con furia,
calculo la distancia
y apunto una vez más con más esmero.
El percutor golpea nuevamente
la piel del detonante
proyectando vocablos
que alcanzan, ahora sí,
el destino previsto.
(Confío que mi voz haya acertado
con la pieza precisa
y que ella la propague.)
BRILLANTE PALMARÉS
Infeliz desdichado,
que naciste en un medio
perfumado de cieno y marihuana.
Los primeros sonidos que escuchaste,
reyertas y ladridos
y más voces ajenas
en un barrio sin luz y sin ciudad.
Tu infancia fue una lucha
señalada por nombre y apellidos.
Te vistieron de adulto y te inscribieron
en la dura academia de la vida
en su peor versión.
Y en curso acelerado
te graduaste con notas excelentes.
No sé que te alcanzara
ninguna de las flechas de Cupido.
O quizás lo guardaste
en ese corazón blindado a fuego
que aun latiendo, me consta,
ocultaba emociones
sin permitirse un punto de flaqueza.
Comenzaste carrera
en grandes almacenes.
Más tarde con collares y con bolsos
de damas descuidadas.
Después en joyerías de prestigio.
Y tu máster cum laude
te llegó por asaltos a los bancos.
No cabe más currículo
para un final tan triste.
AROMAS DE MI TIERRA
A Zarza de Granadilla –pueblo que conoció mi infancia
y adolescencia– de la mano de D. Antonio Machado.
Siento sus rubios campos
salpicados de encinas y de matas,
arroyos cantarines en invierno
y en primavera aromas de nostalgia:
hierbabuena, romero
y aceite de las jaras.
Mi espíritu renace en esa tierra
tan mía y tan callada.
Adoro su paisaje
acotado por amplios horizontes
de atardeceres limpios
que cuando el sol se esconde
flamean con un púrpura encendido
que se va diluyendo en mil colores.
Vivencias arrancadas de mis sueños,
recuerdos de la infancia
que alimentan mi juicio de experiencias
y avivan la esperanza
de volver a ese cielo y a esa gente
que con ansia me llaman.
Esos años nacidos en mi tierra
siguen conmigo, siempre me acompañan.
DUDAS
El tiempo se vacía
de proyectos sin fecha
de sueños en el filo de la aurora,
de hormigas que se agitan en mi estómago.
Y mientras la memoria
llena cada rincón del día a día,
me acompaña a la mesa
y come de mi plato.
El reloj se desboca
y me obliga a seguirle sin respiro,
a pisar sus talones
al son que va marcando el segundero.
Me pesan más y más
el eco y sus raíces,
los momentos de luz y de tinieblas
de vidas que gasté sin beneficio.
Y en esa pugna cruel
entre la soledad y la memoria
se desploman los días
víctimas de las dudas…
MI CALLE
Así es el pavimento de mi calle
hecho de nieve y cielo,
la cola del vestido de la Luna
trenzado en plata y leche.
De las ventanas
asoman bocas negras
en un intento estéril
de succionar su pecho nacarado,
de beberla sin término,
de gozar
ese guiño que enciende la lujuria.
Paso a paso la luna se aproxima
al final de la calle,
cuando los filamentos
del primer sol
rayan el horizonte
y el suelo en un instante
se muda de oro y sombras.
ÓXIDO EN LAS IDEAS
Ideas oxidadas en jarrón
de cristal de bohemia.
Atardeceres rotos
sobre la playa muda.
Concierto de palmeras y corales
que adormece la sombra.
Así es mi condición
aferrada a los sueños y fracasos,
bañada en sal y arena
y el llanto de las olas
que se ampara en mi espina y en mis miembros
desnudos, litorales.
La isla que me mira
se viste de esmeralda y de siniestro
y vuelven las gaviotas,
y su mensaje oscuro
va desde mi epidermis a mi mente
sin pronunciar palabra.
Mis ideas persisten
cada vez con más óxido
dentro de ese jarrón. Parecen muertas.
ECOS DEL SILENCIO
Los ecos del silencio
se pegan a mi piel como tatuajes
que no puedo arrancar,
que comparten espacio con mis células,
que asfixian mis rutinas.
Se me escapa la voz y la persigo
sin éxito. Atraviesa la frontera
sin que pueda evitarlo.
A distancia la observo resignado
sabiendo que he perdido
también esta batalla, como tantas.
Me refugio en las sombras
y palpo sus rincones
hasta dar con el fondo del cajón
donde dejé el recado de escribir.
Creo que he recobrado la palabra.
OTROS HÉROES
Los héroes de mi infancia sin colores
tan guapos, tan valientes y formales
luchaban en combates desiguales
y siempre resultaban vencedores.
Paraban en el kiosco de la Loles
a quien no habían de serle muy leales
ya que bastaban sólo dos reales
para que abandonaran sus favores.
Nada que ver con héroes de hoy en día
que los niños no tienen que comprar,
pues la tele, cuando abren la ventana,
se los muestra con vida y fantasía.
Y ya no hay que leer ni descifrar
para ver cómo zurran la badana.
AGUA
Llueve
sobre el erial desnudo.
La tierra se me escurre entre los dedos
y este amor sin raíces,
a merced de huracanes y pedriscos.
Llueve
en las piedras sin nombre
que se llenan de tiempo,
que no saben del polvo del camino
ni conocieron nuestra primavera.
Llueve
más sed y más fatiga
hasta calar mis huesos y mi médula,
hasta tronchar con furia
los tallos que brotaron de la nada.
Llueve
en las cuartillas ocres
de mis mudas ideas, entre lágrimas
que manchan su contorno
y rubrican mi amor y desaliento.
Llueve
y esta tierra sicaria
no deja de escurrirse entre mis dedos.
Me falla el equilibrio
y siento que las fuerzas me abandonan.
Llueve
tus días y mis noches,
tus sueños que se alejan orgullosos
y me dejan un tiempo sin presente
donde el futuro ha muerto.
SOMBRAS OBSTINADAS
Me persiguen las sombras
que vivieron ceñidas a mis años
prescritos,
testigos silenciosos,
camaradas de duelos y renuncias.
Y busco alguna fórmula
que las despegue de mi cuerpo
y me vista con nuevas perspectivas.
Que no quede señal de su legado,
que me procure nuevo pasaporte.
Derribaré sus muros.
Que las excavadoras
arranquen hasta los cimientos,
corroídos de niebla y desencanto.
Y en el mismo lugar
donde habitó la noche
se levanten la luz y la sonrisa.
Los cascotes viciados
que vayan a una fosa,
la más profunda del océano,
de donde nunca más salgan a flote.
Y el nuevo material de construcción
que lo saquen
de destellos del sol y las estrellas,
del cristal de las fuentes
y de las ilusiones de mi infancia.
CUANDO LLEGA EL OTOÑO
Van cayendo las hojas
que dibujaron nuestra primavera.
Concierto de violines,
estímulo de tantas emociones.
Van cayendo las hojas
y en las áridas ramas
se ven nudos y arrugas
que el tiempo y la pasión fueron trazando.
Van cayendo las hojas
con fuego de desierto y de salitre,
de arrebato sin rejas,
de ciclón que vencía los océanos.
Van cayendo las hojas y aparece
la piel suave que han ido
tapizando los años
a fuerza de caricias encendidas.
Van cayendo las hojas
y te descubro a ti sin abalorios,
sin luz ni maquillaje
tan auténtica y única. Tú misma.
AL FONDO DE LA SIMA
Me atormenta la voz del telediario
con delitos cifrados en informes,
la prensa que vomita
siniestro en los manteles,
los días que soportan
horas ciegas cargadas de metralla.
Busco la redención de los burdeles
aciagos que me acogen,
donde la fe se ha roto en mil pedazos,
donde el reloj se agota en cada giro.
Los muros dan la espalda
cuando les llega el eco de mi sombra.
Entre reproches de las ambulancias
y murmullos sellados con cemento
se agitan mis propósitos,
huérfanos de principios, y tropiezan
con los viejos juguetes
sin rostro que el olvido ha secuestrado.
Esta piel milenaria que me abraza
con vigor estrangula mi resuello.
Siento que me abandona
el día en su derrota
y me deja a la orilla del camino
desvalido, sin huellas ni rescate.
Y al cerrar los oídos se despeñan
mis ideas que acaban
al fondo de la sima.
Les aguarda el abrazo de la noche,
de sueños sin memoria
y de tantos relojes oxidados.
POR SUS CALLES
Fluyen mi juventud y sus secretos
recorriendo estas calles
salpicadas de planes sin recursos,
de noches sin almohada.
Me llegan las propuestas
cocinadas al filo de las clases
que vuelven a mi mente
mientras tomo café con la nostalgia.
También siento momentos que perdí,
recovecos vacíos,
sentimientos ahogados en la noche,
y compromisos mudos que hacen eco.
Vivencias compartidas
sin compromiso escrito
con amores de un día
que no buscan mañana ni propósito.
Calles que me adoraban,
que salieron conmigo
tantas noches de juerga y me inculcaron
la liturgia del sexo.
Que son museos vivos
que conservan su edad y su sonrisa,
en las que hablo con ellos
aunque ninguno quiera responderme.
IMPACTO BRUTAL
He sabido mi edad por el espejo
observando al anciano
que me miraba airado y arrogante
del fondo del cristal.
He sabido que el tiempo no perdona
que todos los placeres
que supuse eran gratis
te facturan a tantos años vista.
Para partir su cara
eché mi puño atrás cogiendo fuerza.
Tuve tiempo de ver
furia y miedo en los ojos de aquel hombre.
Fue un impacto brutal,
mi puño era una fuente que manaba
sangre y dolor, y yo
de pronto me sentía victorioso.
Eufórico del éxito
quise ver los despojos de una lucha
tan breve y desigual
dispersos por el suelo del servicio.
Y al mirar las baldosas
creí que me explotaba el corazón.
La cara del idiota
me miraba con rabia en cada esquirla.
Webmaster: soydelfrater1@gmail.com